El Dominicano

Ammy ultimó a Yennely porque ‘yo no quería estar con ella y ella me insistía’

Ammy ultimó a Yennely porque ‘yo no quería estar con ella y ella me insistía’

En el interrogatorio a Ammy Hiraldo por el asesinato de la joven Yennely Duarte Hilario, la policía le preguntó: ¿Qué hiciste luego de matarla? Fui a la Clínica Jacobo a eso de las ocho y algo, porque yo salí herida al momento del hecho.

Esta fue la respuesta que dio Ammy Hilarldo Peña, la asesina confesa que le quitó la vida a Yennely. Diario Libre ha podido acceder a los documentos de la investigación policial. Esto es lo que sabemos de un crimen que tiene de luto a Cotuí. La familia de la joven asesinada quiere justicia.

Era un día normal. Cotuí amaneció con ese ´run, run´ en las calles que tanto le caracteriza. La gente hacía su vida habitual. También Yennely, que fue al salón y se hizo las uñas. Sus vecinos y familiares la vieron sonriente ese día, porque estaba feliz.

Sobre las 7:00 p.m., Ammy Hiraldo Peña salió de su casa y se montó en el carro de su padre, un KIA Sorento que compraron en 2021. Había quedado verse con su amiga Yennely y debía recogerla en su casa.

En su carro no llevaba aquellas cosas que se llevan cuando quedas verte con una amiga: un bolso, música o refrescos. Nada de eso. Ammy llevaba amoníaco, un cuchillo y un pote con gasolina. La indumentaria de una asesina. Como vivía en otra zona de Cotuí, tardó unos minutos en llegar a la casa de Yennely.

Pasadas las 7:00, Ammy la recogió delante de su casa. Detuvo el carro, paró el motor. Yennely se subió en el asiento de copiloto. Desde ese momento: oscuridad. El relato de lo que sucedió es difícil de recrear. Sin embargo, hay algunas evidencias.

Las cámaras de seguridad vieron el carro pasar por algunas calles. El lugar de destino fue el callejón de Moncho, en Cotuí. Ese fue el escenario del terrible crimen.

Allí, Ammy propinó alrededor de quince puñaladas a Yennely, acabando con su vida. Según la asesina durante el interrogatorio, esta fue la razón: Señor, yo le había dicho que yo no quería estar con ella y ella me insistía.

Ese fue el testimonio de una asesina confesa, el cual indica que el acto fue premeditado, pues llevaba todo el equipamiento que un homicida necesita para cumplir sus objetivos tenebrosos.

Una vez hubo acabado con la vida de su amiga, Ammy roció el cadáver de Yennely con gasolina, con la intención de prenderle fuego, aunque no lo hizo.

Había comprado gasolina, la había recogido con su coche, llevaba un arma blanca y la llevó a un callejón. El homicidio estaba planeado.

Después de cometer el crimen, hacia las ocho y algo, Ammy se dirigió al hospital para curar sus heridas. Yennely intentó defenderse y la asesina salió herida con:

Luxación en el hombro derecho. Herida por arma blanca en la palma de la mano derecha de doce centímetros de longitud. Herida por arma blanca en los dedos de la mano izquierda. Laceraciones en el codo izquierdo.

Los esfuerzos de Yennely por sobrevivir no fueron suficientes ante la determinación y planificación de la homicida, Ammy. Las heridas de la asesina, según el informe médico, tardarán unos treinta días en curar. La familia de Yennely, por su parte, nunca más podrá verla sonreír.

A las 7:15 de la mañana fue encontrado el cuerpo sin vida de Yennely en el callejón Moncho, donde Ammy le había llevado con su coche y le había quitado la vida.

El Doctor Luis Manuel Núñez, médico legista de la Provincia Sánchez Ramírez, se acercó al lugar para el acta de levantamiento del cadáver. Allí encontró a Yennely, que presentaba numerosas heridas de arma blanca en el cuerpo. Su cadáver estaba en el suelo, rociado con gasolina.

Además del cuerpo, la policía encontró en el lugar de los hechos: Un par de sandalias de color crema con marrón de la marca RealWoman. Un pote de color blanco co el nombre de amoníaco puro. Una toalla color rojo, manchada con sangre.

Un pote de color transparente, ensangrentado, donde Ammy echó la gasolina que compró en la gasolinera Hermanos Contreras, para quemar a la víctima.

A las dos de la tarde, la madre de la víctima, Yenny Hilario Sosa, se enteró de lo sucedido al salir del trabajo. Fue entonces cuando se dirigió al lugar para identificar el cadáver. No fue hasta las ocho de la noche que la asesina se entregó en el Destacamento de las 30 Compañías de Cotuí y confesó el homicidio.

La noche del miércoles al jueves fue eterna para la madre de Yennely. Había visto el cadáver de su hija. El mundo se le echó encima. Esa noche no pudo dormir. Nadie habría podido. Cotuí ya no escuchaba ese ‘run, run’ en sus calles. Se sustituyó por el luto y el murmullo de los vecinos intentando entender qué había ocurrido en sus calles, con su gente.

A las 9:33 de la mañana se acercó a las autoridades y puso una denuncia contra la asesina confesa Ammy Hiraldo Peña. Tenía claro que había sido ella porque sabía que su hija, la noche anterior, había salido con Ammy.

Por la tarde, a las 2:37, se produjo el interrogatorio de Ammy: ¿Desea que esta entrevista sea realizada en presencia de un abogado de su preferencia? Sí, señor, deseo que sea en presencia de la Licda. Annileidy Calderón Borges.

Díganos si usted ha sido sometida a la acción de la justicia. No, señor.¿Tú sabes por qué estás presa? Sí, señor, por homicidio. Homicidio que me acusan de la joven Yennely Andreina Duarte Hilario, en el callejón de Moncho, Cotuí, a quien herí con un cuchillo en varias partes del cuerpo.

¿Qué hiciste luego de matarla? Fui a la Clínica Jacobo a eso de las ocho y algo, porque yo salí herida al momento del hecho, con un cuchillo de ella el cual yo fui a esquivar.

¿De quién era el vehículo en que la trasladaste? De mi padre, señor.

¿Dónde recogiste a la víctima? En su casa, señor, a eso de las siete y algo.

¿Por qué compraste gasolina? Paso (no quiso contestar).

Cuando ella estaba tirada, ya muerta, ¿tú le rociaste de gasolina? Sí, señor, yo le rocié la gasolina, yo no tenía planeado hacerlo. Señor, nadie más participó, yo no la trasladé, eso ocurrió allá mismo donde se encontró el cadáver.

¿Cuál fue el motivo del hecho? Señor, yo le había dicho que yo no quería estar con ella y ella me insistía.

¿De quién fue la idea de ir al lugar de los hechos? Señor, paso (se negó a contestar).

¿Dónde compraste el pote de amoníaco? Señor, paso (se negó a contestar).

¿Dónde dejaste el cuchillo utilizado para cometer el hecho? En el mismo lugar, no recuerdo el lugar, no sabía lo que hacía, hacía muchas cosas incoherentes. Señor, ya no quiero seguir contestando preguntas.

En Cotuí, Provincia Sánchez Ramírez, a los 28 días, siendo las 2:37 p.m del día, damos por cerrado este interrogatorio.

Lo que está claro es que la homicida Ammy Hiraldo Peña tenía una hoja de ruta planeada. Compró gasolina y amoníaco, cogió un cuchillo, recogió a la víctima en su casa y la llevó a un callejón.

En el interrogatorio confesó el asesinato. Sin embargo, cuando la policía le preguntó sobre la gasolina y el amoníaco, ella no respondió.

Evidentemente, con miedo a dar una respuesta que pudiera agravar su pena. Parece ser que la letrada defensora de la homicida tiene muy clara una cosa: si se demuestra que el crimen fue premeditado, le caerán muchos años de cárcel a su representada.

Sin embargo, es poco probable que Ammy se libre de todo el peso de la justicia, pues todas las pruebas indican que el homicidio que aquella noche cometió fue premeditado, planeado y cruelmente ejecutado.

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