El uso de esteroides anabólicos androgénicos (EAA) se ha popularizado en gimnasios y competencias de culturismo, con la promesa de aumentar la masa muscular y mejorar el rendimiento físico.
Sin embargo, detrás de estos aparentes beneficios se esconden consecuencias poco discutidas y que afectan directamente la salud sexual masculina, como la disfunción eréctil (DE), una condición que permanece en gran medida en silencio debido al tabú social que la rodea.
Estas sustancias imitan la testosterona, la principal hormona sexual masculina, y aunque permiten ganar fuerza y recuperarse más rápido tras entrenamientos exigentes, también alteran profundamente el equilibrio hormonal del cuerpo.
A medida que aumentan los niveles de testosterona artificial, el organismo disminuye la producción natural de esta hormona, generando un desequilibrio que dificulta mantener o lograr una erección.
De acuerdo con una investigación publicada en 2023 en la revista International Journal of Drug Policy, este efecto secundario sigue siendo poco reportado y, por ende, insuficientemente estudiado.
Además, expertos de la Universidad Johns Hopkins indican que el uso prolongado y descontrolado de esteroides puede provocar una interrupción del eje hormonal hipotálamo-hipófisis-gónadas, fundamental para la producción de testosterona natural, lo que desencadena consecuencias en la fertilidad y la calidad de la vida sexual.
Aunque algunas dosis elevadas pueden parecer beneficiosas a corto plazo, los efectos adversos se evidencian con más fuerza al suspender el uso de los esteroides.
Estudios previos han demostrado que el 95 % de los consumidores experimenta síntomas luego de dejar los EAA. De ese porcentaje, un 57 % reportó una caída en el deseo sexual y más de la mitad expresó preocupación por su fertilidad.
El instructor de fitness Varnit Yadav explicó que la severidad de estos efectos varía según la dosis, el tiempo de consumo y la salud del individuo.
También recalcó que, una vez interrumpido el consumo, muchos hombres necesitan una terapia posciclo (PCT) para reactivar la producción hormonal natural, un proceso que puede tomar varios años y no siempre es completamente exitoso.
El daño no se limita solo al aspecto hormonal. La atrofia del tejido eréctil, así como la fibrosis en el músculo liso del pene, pueden hacer que mantener una erección firme sea cada vez más difícil.
A eso se suman otras condiciones asociadas como la diabetes, la depresión o enfermedades cardiovasculares, que influyen directamente en la salud sexual masculina.
Para mitigar los riesgos, algunos expertos recomiendan evitar completamente el uso de EAA. Otros, más moderados, sugieren limitar los ciclos, realizar controles médicos frecuentes y seguir tratamientos hormonales supervisados por profesionales.
No obstante, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido advierte que el uso continuo puede generar dependencia, al punto de necesitar un abordaje similar al de otras adicciones.
