Abogan por una mayor tecnificación, un fortalecimiento institucional y un mejor acceso a la población para consumir proteínas saludables
En República Dominicana, la industria de la tilapia representa una alternativa de desarrollo económico, una fuente clave en la diversificación alimentaria, un generador de empleos y un aporte al crecimiento de las comunidades rurales. Pese a estos beneficios, enfrenta retos cruciales, tales como altos costos de producción, dependencia de insumos, débil apoyo estatal, la búsqueda de mercados más amplios y la gestión de riesgos climáticos, entre otros aspectos.
Durante el quinto Congreso Internacional de la Industria de la Tilapia “Aqua Expo 2025”, el director de Recursos Pesqueros del Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura(Codopesca), Ángel Luis Franco, explicó que desde 2020 a 2024, los acuicultores produjeron un total de 6,749 toneladas de tilapias, lo que representa un promedio anual de 1,687 toneladas, equivalentes a 14.8 millones de libras. Agregó que, en ese mismo período, registraron más de 1,600 proyectos acuícolas con el objetivo de dinamizar el sector.
Informó que con el proyecto “Pescadería de mi Barrio” se encuentran operando en diferentes barrios distribuidos en el Gran Santo Domingo (30), Santiago (10), La Altagracia (5), y en San Pedro de Macorís (4) , respectivamente. Aseguró que la producción de tilapia que se produce en el país proviene principalmente de zonas con alta actividad acuícola como Copellito y otras presas.
Confirmó que algunos productores, ya familiarizados con el programa, se comunican con Codopesca para informar que tienen pescado disponible, pero no cuentan con un mercado para venderlo. Precisó que, en esos casos, realizan un levantamiento, validan la producción y facilitan la colocación del producto a través del programa de Pescadería de mi Barrio o mediante algunos supermercados que apoyan la iniciativa.
Manifestó que desde Codopesca se ejecutan programas de apoyo que incluyen donación de alevines y alimentos para pequeños productores. Sin embargo, argumentó que las limitaciones presupuestarias en su mayoría se destinan al pago de nómina, lo que ha impedido una inversión más amplia en el sector.
Con respecto al sector camaronero, indicó que aún no se ha recuperado del impacto de la pandemia y que antes de 2020, la producción alcanzaba unas 3 toneladas por ciclo, equivalente a unas 6,000 libras. Expresó que actualmente se producen entre 75,000 y 85,000 libras al año, y que los productores de las zonas como Copellito y Bayaguana han abandonado el cultivo de camarones debido a los altos costos de producción, optando en su lugar por tilapia y pangasius.
Añadió que solo permanecen activas unas cuatro granjas camaroneras a nivel nacional y que el costo de producir una libra de camarón ronda por los RD$130 pesos, mientras que, los productos importados, aunque de especies distinta resulta más económico para los hoteles y restaurantes.
En cuanto, a las principales zonas de cultivo acuícola, señaló que se concentran en las presas de Rincón, Hatillo, Tavera, y Sabana Yegua. Dijo que el costo de producción de tilapia varía según el sistema, a baja densidad cuesta RD$68 pesos por libra, en cambio, en sistemas intensivos alcanza los RD$72 y RD$78 pesos.
Insistió en la necesidad de una mayor tecnificación de la industria, así como de un fortalecimiento institucional que garantice la sostenibilidad del sector y mejore el acceso de la población a proteínas saludables en su dieta.
Transformación
De su lado, la directora ejecutiva adjunta y miembro del Comité de Acuacultura de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), Ivonne García Ricardo, explicó que trabajan para promover el sector y que en el congreso incluyeron expertos de Chile, Colombia y Ecuador, países donde la tecnología ha demostrado que es posible producir, exportar y consolidar este renglón económico en grandes volúmenes.
Indicó que actualmente cientos de productores tienen acceso al créditoy están emigrando hacia tecnologías limpias como los paneles solares. Añadió que se están incorporando los equipos necesarios para garantizar procesos esenciales como la filtración, la aireación y el tratamiento del agua, por mencionar algunos.
García expresó que luchan no solo por potenciar la producción, sino también por ganar espacio en los planes nacionales. Subrayó que los Gobiernos se deben enfocar en la producción local y apoyar tanto a pequeños como a grandes productores involucrados en el proceso de alimentos.
De su lado, el presidente saliente del comité acuícola de la JAD, Víctor Espinal, puntualizó que la producción de tilapia ha experimentado un crecimiento, impulsado por los cambios de los consumidores en República Dominicana.
Dijo que, los productores se han desplazado a la crianza de esta especie, debido al aumento en la demanda por parte de la población. Manifestó que existe una cultura generalizada de los dominicanos en consumir una proteína inocua y nutritiva.
Mientras que, Victorino Rodríguez Castillo, presidente entrante del clúster acuícola de la JAD, afirmó que en el país se produce tilapia roja y gris como parte del proceso de diversificación de productos. Aclaró que, en el medio natural, también se encuentran las especies tilapia de mozambique y tilapia rendalli. Sin embargo, estas no se comercializan, sino que se mantienen en su hábitat natural, según informó a elDinero.
Señaló que el consumo de estas especies varía según la ubicación geográfica y que en las zonas costeras prefieren la tilapia roja, porque la asocian con un pescado de mar. En cambio, en la zona metropolitana la población opta por la tilapia gris.
Desafíos
El sector acuícola a pesar de su crecimiento enfrenta una serie de retos que limitan su potencial y sostenibilidad en el tiempo. En ese aspecto, Carlos Sánchez, coordinador de Aqua Expo 2025, y representante del Fondo de Desarrollo Acuícola Dominicano (Fondeadom), expuso que la falta de apoyo financiero es uno de los principales problemas. Agregó que necesitan una la ley que apoye las exportaciones y que impulse la demanda de la producción nacional.
De acuerdo con Sánchez, otro de los desafíos es la falta de confianza de los acuicultores en los gremios. Indicó que el clúster acuícola cuenta con 65 empresas formalmente integradas, y que Fondeadom actualmente no recibe ningún tipo de apoyo. Lamentó la espera de cuatro años por los préstamos que el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario(FEDA) había prometido.
Por su parte, Franco añadió que la falta de formalización en el sector provoca que muchas personas incursionen sin el conocimiento adecuado, lo que lleva a una producción deficiente y, en muchos casos, al fracaso de sus proyectos. Sin embargo, señaló que algunos han acudido a Codopesca han relanzado sus iniciativas y hoy se mantienen activamente productivos.
