No fue un error. De hecho, los ataques verbales del presidente Donald Trump contra los migrantes han ido en aumento desde que dijo que México estaba enviando “violadores” a través de la frontera durante el anuncio de su campaña presidencial hace una década. También se ha hecho eco de la retórica utilizada en su día por Adolf Hitler y dijo que las 54 naciones de África eran “países de mierda”. Pero con la floritura con la que puso fin a una reunión de dos horas de su gobierno el martes, el republicano intensificó aún más su retórica contra los migrantes y abandonó cualquier afirmación de que su ejecutivo solo quería expulsar a las personas que están en Estados Unidos sin los permisos adecuados.
“No los queremos en nuestro país”, dijo Trump en cinco ocasiones refiriéndose a las 260.000 personas de ascendencia somalí que hay en el país. “Que regresen al lugar de donde vinieron y lo arreglen”.




