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Muere Pepe Mujica, el humilde presidente filósofo

Muere Pepe Mujica, el humilde presidente filósofo


El expresidente uruguayo que luchó contra la pobreza, legalizó la marihuana y rebajó la huella de carbono

El Dominicano -Buenos Aires. El popular expresidente uruguayo José Pepe Mujica ha fallecido hoy a la edad de 89 años, víctima deun cáncer de esófago, según ha informado el presidente del país, Yamandú Orsi. “Con profundo dolor, comunicamos que ha muerto nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor”, ha escrito Orsi en X.

“¿Cómo te gustaría ser recordado?”, le preguntaron a Mujica en una entrevista en el 2022. “Ni me preocupa”, respondió él. “Nos creemos que somos importantes, y no somos ni un grano de arena en la magnitud del Universo”, reflexionaba: “No sé por qué deberíamos ser más importantes que las hormigas: hace millones de años que las hormigas están en la Tierra, y probablemente estarán allí después de nosotros”. Es posible que José Pepe Mujica, o simplemente Pepe, como le llaman cariñosamente en Uruguay, sea recordado como a menudo le han denominado: “el jefe de estado más humilde del mundo”. El expresidente de Uruguay (2010-2015) renunció a privilegios del cargo y vivió mientras era presidente y hasta el final de sus días en una casa sencilla, en las afueras de Montevideo, junto a su compañera, Lucía Topolansky, con quien se conocieron de jóvenes en la militancia política. Mujica ha predicado y practicado la austeridad en favor de la libertad: “No soy pobre, soy sobrio, ligero de equipaje, vivo con lo justo para que las cosas no me roben la libertad”.

José Alberto Mujica Cordano nació el 30 de mayo de 1935 en Montevideo, en el seno de una familia de ascendencia vasca e italiana, de clase trabajadora. Su padre murió cuando sólo tenía 6 años. Completó la primaria y la secundaria en la escuela pública del barrio, donde empezó el bachillerato, pero no acabó. Se inició políticamente en el Partido Nacional, el más antiguo de América Latina, y acabó dirigiendo las juventudes del partido, aunque luego se desvinculó para crear la Unión Popular, de la mano del Partido Socialista en 1962. A mediados de los sesenta, Mujica se integra en el Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros, una Tupamaros combatía la dictadura militar (1973-1985). Mujica pasó 14 años en prisión –”La noche que me ponían un colchón me sentía confortable”, diría– y, según ha explicado en varias ocasiones, la soledad de aquellos años le enseñó “que si no puedes ser feliz con pocas cosas, no serás feliz con muchas cosas”.

Con el retorno de la democracia y amparado por una ley de amnistía, Mujica es liberado y cofunda, con otros exguerrilleros, el Movimiento de Participación Popular (MPP) dentro del Frente Amplio, una coalición política de corte socialista, marxista y comunista que también agrupa corrientes liberales y de democracia 9′, Mujica es elegido diputado por Montevideo y arranca su actividad parlamentaria. Cinco años después, es elegido senador. Gradualmente, su movimiento va sumando apoyo hasta que se convierte en la primera fuerza dentro del Frente Amplio, que gana las elecciones en el 2004. admirable para capitalizar el descontento de la gente y dialogar con ella. Se caracterizaba por un carácter cercano con algunas salidas de tono que se leyeron, mayoritariamente, como una manera de ser franca y desenvuelta. Cristina Fernández, ya su difunto marido y predecesor, Néstor Kirchner.

Lucha contra la pobreza
Durante su mandato, Mujica redujo significativamente la pobreza en Uruguay, hasta alcanzar el nivel más bajo de desigualdad en la historia del país. Además descentralizó la educación superior con la creación de una universidad técnica; diversificó las fuentes de energía e hizo que el país redujera drásticamente su huella de carbono; rebajó el paro y aumentó el sueldo mínimo, además de construir más de 15.000 viviendas en zonas de extrema precariedad. Durante su mandato, Mujica daba el 90% de su sueldo a organizaciones sociales para combatir la pobreza, y en políticas sociales, legalizó el matrimonio igualitario, despenalizó el aborto y legalizó la compra, venta y cultivo de marihuana bajo regulación del estado. “No es bonito legalizar la marihuana, pero peor es regalar a gente al narcotráfico. La única adicción saludable es la del amor”, había dicho.

Pepe Mujica, que desde pequeño amaba la naturaleza y cultivaba la afición de cuidar de plantas y flores, a menudo recordaba en diálogos con periodistas que “la vida humana es un milagro”, y que lo más importante es preguntarse “en qué gastas el tiempo de tu vida”, porque si no te lo preguntas, decía, se lo cuenta y se encarga cosas hasta que seas un viejo destruido”. El presidente filósofo reivindicaba las relaciones humanas –amistad, amor, familia– como lo que nos mantiene en eje y con sentido, y solía repetir que “los afectos necesitan tiempo, y son lo único que nos llevaremos”. Citando al pueblo originario de los aimares, Pepe Mujica suscribía la idea de que “el pobre es aquel que no tiene comunidad”.

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